Los pares mínimos son una herramienta valiosa en la etapa de discriminación auditiva para la terapia del habla. Durante esta fase, es crucial que el niño aprenda a escuchar y distinguir los sonidos que pueden ser confusos o difíciles de diferenciar. Al usar pares de palabras que se diferencian solo en un sonido, como “casa” y “taza”, el niño puede notar esas diferencias sutiles. Esta práctica facilita el desarrollo de la conciencia fonológica, un paso esencial hacia una mejor articulación. A través de actividades con pares mínimos, el niño no solo oye, sino que también empieza a internalizar las diferencias, lo que eventualmente se traduce en una mejora en la pronunciación y en la producción correcta de sonidos.